Durante lo corrido del año, los pluviómetros en varios departamentos de la costa no han registrado la caída de una sola gota de lluvia. El Gobierno ya tiene planes de contingencia para la sequía.
“Nunca como hoy la situación
es más difícil, pues hace más de nueve meses tenemos un déficit hídrico muy
marcado que ha deteriorado las fuentes de agua y la producción de forrajes que
demandan la actividad ganadera”.
El testimonio es de Fabián
Daza, director de la Fundación para el Desarrollo de Alianzas Estratégicas,
Productivas y Sociales (Fundalianza), refiriéndose a la situación climática de
los departamentos de la costa Caribe.
El dirigente empresarial
destacó que las condiciones de sequía extrema están convirtiéndose rápidamente
en un problema económico y social, pues los ganaderos han mermado sus ingresos,
poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de las familias.
“Los que más padecen son los
pequeños productores, quienes generan sus ingresos solo de las actividades del
campo; los medianos y grandes, bien pueden echar mano de una ‘segunda caja’,
que generan sus actividades profesionales alternas”, anotó Daza.
El director de Fundalianza
destacó que la situación es complicada en todos los departamentos de la costa,
agravada en La Guajira y en Atlántico.
Martín Atencio, subsecretario de Gestión Agropecuaria del departamento del
Atlántico, dijo que ayer fue notificado de la muerte de 70 reses en el
municipio de Piojó, debido al intenso verano.
Destacó que la
administración departamental ha atendido el problema con carrotanques con agua
para la población y ha entregado 25 toneladas de maíz ensilado a los pequeños
ganaderos afectados.
“Tenemos un convenio con
Fedegan (el gremio ganadero) para que nos suministre hasta 100 toneladas de
ensilaje de maíz, con el fin de atender la sequía”, concluyó el funcionario.
Los municipios de la zona
norte de Atlántico son los más afectados.
En La Guajira, además de los
casos de fallecimientos de menores de edad por la escasez de agua en la alta
Guajira, en la zona sur, la situación es la misma, pues tampoco ha llovido
desde hace ocho meses.
“Así las cosas, la posible
llegada del fenómeno climático de El Niño terminaría por agravar las cosas”,
concluyó Fabián Daza.
“El Niño se nos vino
encima”, dijo el presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (FedegAn),
quien reiteró que nunca antes había visto tan secos a los ríos Guatapurí y
Cesar, en el Cesar, y al Ranchería en La Guajira.
Destacó que en Casanare –que
ya sufrió una sequía que conmocionó al país por las imágenes de animales
muertos– la cantidad de agua que están recibiendo las llanuras inundables es
inferior a los volúmenes históricos, por lo que esta zona no podrá resistir el
impacto del fenómeno climático.
Según lo reportado por el
gremio ganadero, junto con el Ministerio de Agricultura, están ejecutando
planes de contingencia, capacitando a los productores del sector rural,
particularmente a los de las zonas donde se considera que el fenómeno climático
sería más intenso (Andina y Caribe).
“Adicional mente, se ha
solicitado al Ministerio de Agricultura la ampliación en cobertura y más
duración de las 25 bodegas que, actualmente, están funcionando para distribuir
suplementos alimenticios a bajo costo entre los ganaderos afectados”, reportó
Fedegán en su página de internet Contexto ganadero.
Ante la inminencia del
fenómeno climático, Fedegan pidió al Ministerio de Agricultura que apropie
subsidios y asigne líneas de crédito para enfrentar la sequía.
Con la línea de crédito que
solicitan, cuyas condiciones serían a cinco años y dos de gracia, se buscaría
financiar obras como jagüeyes, distritos de riego o represas, la compra de
maquinaria agrícola y la siembra de forrajes y ensilajes para alimentar al
ganado en las épocas de sequía.
Los subsidios, por su parte,
se destinarían de forma particular para el transporte de agua hacia los hatos.
De forma simultánea al petitorio de Fedegan, el Ministerio de Agricultura
anunció recursos por 3.450 millones de pesos para subsidiar la compra de
alimentos para el ganado en las zonas afectadas por la sequía.
Por último, la Unidad
Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGRD) anunció que cuenta con un
presupuesto de 200.000 millones de pesos para atender las emergencias que
genere el fenómeno.
Además, ya puso en marcha el
llamado plan de contingencia con Medidas y acciones de preparación para la
respuesta.
LO QUE DEJÓ EL NIÑO MÁS
FUERTE
Según el informe ‘Las
lecciones de El Niño’, publicado por la Corporación Andina de Fomento (CAF), el
impacto económico que generó El Niño que afectó al país en el periodo 1997-1998
(el más fuerte de los últimos años), las pérdidas registradas en la economía
nacional sumaron US$ 563,5 millones, cifra que representó cerca del 1 por
ciento del PIB de 1998, el 22 por ciento del servicio de la deuda externa y
afectó negativamente cerca del 0,5 por ciento del crecimiento económico del
país.
Del total de costos estimados,
US$ 507 millones fueron costos indirectos y US$ 55,8 millones como costos
directos. Las regiones más afectadas fueron la Andina y la Caribe.